Me encuentro revisando por enésima vez la escaleta de una sesión con un equipo de dirección. La encomienda es relativamente sencilla pero hay algo que me hace pensar una y otra vez sobre la idoneidad de la secuencia, las preguntas, la composición de los equipos, los dispositivos y las propuestas de actividad.
Es una sensación que conozco bien. Cuando llegamos a las organizaciones no somos ni los primeros ni los últimos que abrirán conversaciones, devolverán ideas, preguntarán, sistematizarán y, en algunos casos, aconsejarán. Como si fuéramos “más de lo mismo”, nos acercamos como un eslabón de la cadena. Las experiencias anteriores condicionan nuestro trabajo, como el nuestro lo hará al siguiente compañero o compañera.
Las experiencias positivas y negativas son parte del material que define los relatos. También sabemos que ecualizamos de manera consciente e inconsciente esta “realidad” en un cuento que nos aleja o acerca de confiar en propuestas similares. Cuándo me encuentro estas situaciones la estrategia siempre es doble:
- Por un lado reconocer que “Cuándo el río suena agua lleva”. En este sentido para mi es muy importante comprender que es lo que se puso en marcha y acabó teniendo estos impactos no esperados ni deseados. A veces estas “soluciones” están en la base de los nuevos “problemas”. Quiero entenderlo para mejorar la propuesta. Comprendo y no cuestiono, por completo, la necesidad de cuidarse. Y no contribuyo “alegremente” al coro de cantos de sirena que buscan que bajen la guardia.
- Por otro confronto y pongo límite a las quejas que reivindican que todo está mal y siguen sosteniendo las mismas dinámicas desde la desconfianza y la inacción. Trato de poner en evidencia las incongruencias del relato y voy definiendo escenarios para trabajar donde ir recuperando cierta “seguridad”.
Hace unos meses escribí en el blog colectivo de la red de Consultoría Artesana sobre el “Cinismo, organizaciones y personas”. Este recuperar la “fé” como primer paso es algo en lo que sigo explorando e investigando con todas mis contradicciones.
En esta situación cada gesto y palabra cobra especial importancia. Soy consciente de los límites de este “cuidado”. El ejercicio es doble: comprender y agitar. Sé que si solo convezco y no provoco no va a haber proceso pero necesito entrar para luego salir y aquí los primeros pasos son clave.
En este cuidado inicial hay algunos objetos, modelos y propuestas que tienen la virtud de molestar. En el número uno del ranking de estas magdalenas, que como en aquella novela desencadenan una cascada de recuerdos, están los post its. Son un símbolo y no podemos despreciar su importancia.
No hay una única estrategia pero a mi me sirve desnudarme de técnica durante un tiempo y recurrir a la conversación en abierto. Escuchar, escuchar y escuchar. Nadie le tiene miedo a la palabra. Todos nos manejamos a un nivel suficiente como para debatir, defendernos, acusar, proponer… Y reconozco que es un lugar donde disfruto. En este ejercicio busco sobre todo parafrasear. Creo que consigo seguir el hilo de lo que se dice y de cómo se dice. Y si no lo consigo a la primera me sirve para seguir concretando.
Pienso en otro equipo y cómo de pronto las palabras que yo traía para reinterpretar lo que escuchaba; “desconfianza” o “conflicto”, no acababan de servir. Fuimos proponiendo diferentes palabras pero era realmente difícil acertar. En ese momento necesité dar un pequeño salto a la forma y hablar de cómo estábamos hablando. “Estoy proponiendo palabras y ninguna sirve. Me voy quedando en silencio porque no acierto a expresar lo que estoy percibiendo. Se parece a un juego de minas. Hay palabras prohibidas pero no conseguimos encontrar alternativa. Pienso en como puede ser la comunicación en este equipo. Comprendo un poco a las personas que tardan en trasladar algunas informaciones o que incluso las disfrazan o directamente no comparten. No sé cómo le podéis llamar a esta situación pero si se mantiene en el tiempo tendréis dificultades”.
Llega un momento donde a la conversación habrá que darle más estructura y recuperar las metodologías cuestionadas pero para mi es clave “desnudarnos” en el comienzo.
Siguiendo con el hilo de las posibles irritaciones no podemos olvidarnos de los informes. Me gusta apuntar algunas ideas que a veces comparto en directo construyendo pequeños mapas de ideas y también necesito pasar a limpio estas conversaciones. Sobre cómo lo hago, aprendizajes y dudas escribí también un par de textos: 1 y 2. El tono de estos textos también es clave para tejer puentes o todo lo contrario. A veces por ser correcto en la redacción rozamos o entramos de lleno en esto de la “Consultolabía”
¿Cómo es para vosotros y vosotras?
ILUSTRACIÓN. Death saw two players playing at cards. Author(s): Hull, Edward, fl. 1820-34, artist